Archivo por meses: julio 2016
Y fue un lunes
Cristales
Pude haber dicho que sí. Pude haber ido corriendo a aquel sitio donde me citó, pero me negué. Pude haber sido menos precavido y lanzarme al vacío, como ya lo había hecho alguna vez. Pero esta vez sujetaste mi mano tan fuerte, tan farsante, que aunque no estuvieras aquí, yo te creía y me resigné. Me resigné a creer que era lo mejor para mí, pero ¿cómo lo iba a saber? En medio de tanta mierda, en medio de tanto desorden e ironías, me encontré a mí mismo cometiendo cada pecado de mis mandamientos. Siguiendo línea por línea tal cual receta. Olvidándome lo que los años habían propuesto y negociado. Bastó un instante y un beso robado para lanzarlo todo y correr de nuevo a aquel sitio, donde aún yacía la codicia de un desalmado, la figura de un mago ilusorio, el semen fermentado. Allí, en aquel sitio, lancé mis rodillas al piso y masacré su carne y su piel. Que no se olviden del ruido del hueso quebrantado por la traición propia, por ser cobarde y derrota. Duele caer y darse cuenta de la sonrisa que no valía la pena. Duele saberse idiota y fragmentado. Duele saber que nunca seré ese que intenté ser. Que aunque le venda el alma al diablo, la razón tiene sed y no seré su agua. Que aunque cambie de cartas mi partida, mientras no cambie todo el naipe, nada seré. Hoy quise ser feliz y lo intenté. Hoy quise ilusionarme otra vez. Pero apareciste de nuevo tú. Señalándome y riéndote. Recordando el ultraje de tus palabras regias. Mirándome igual que lo hacías antes. Otra vez me dejé vencer y me dormí tarde. Solo para saber que era momento, de volverme a perder.
Closer
Punto y aparte
TENTO
From an animal’s tail
La espera
Y entonces me senté a la orilla de la acera, con un libro viejo y mi libreta de páginas rotas. Parecía que iba a llover, pero eso no me preocupaba. La gente caminaba por la calle, con la mirada derecha y perdida. Cuántas cosas pasaran por sus cabezas. Yo me quedo allí, aguardando que sean las ocho para verte de nuevo. En la misma esquina donde te esperé aquel domingo, cuando nos fuimos sin rumbo a explorar el mundo y nos encontramos el uno al otro, abrazados, empapados por la lluvia de agosto, viéndonos a los ojos, diciendo tanto y hablando tan poco. El viento frío se anunciaba con gozo. Me froté las manos para recordar las tuyas y escribí uno o dos versos.
Eran ya casi las ocho, la gente se encaminaba en su trillo. Seguían su trazo hacia el nido, tal cual se lo habían definido. Éramos pocos los que nos escapábamos un lunes a ver la noche vestirse de fiesta. Caminé un rato, como quien quiere encontrar algo. Matar el tiempo me había sido siempre un dicho poco grato. ¿Quién mata algo tan preciado? Si cada instante contigo cuenta, si cada respiro me trae de vuelta a aquella noche en esa ciudad de cuerdas, donde nos colgamos de cabeza para entendernos, nos quedamos viendo y nos quedamos dormidos, después de haber obtenido lo mejor de nosotros mismos.
Piel con piel, pecho con pecho, sudando juntos como quien recorre el mundo, a pie, sin mapa, descalzo, apreciando las siestas y olvidando rencores, retrayéndose en la carne de su amante para sentirse importante, cada que el reflejo en sus ojos le parece fascinante. Tenerse así cerquita, tranquilos, dibujando siluetas en las sombras y soñando con esto no se acabe, ni que se derrame la gota. Me daba cuenta mientras recordaba, que te quise y te quiero ahora. Aquí mientras espero, por fuera de estos edificios de antaño a que vengas, a que traigas tus brazos abiertos y una sonrisa sincera; aquí mientras se me agita la circulación por tan solo imaginar tu presencia. Aquí mientras soy yo entre tanta esquela.
Son más de las ocho y aún no vienes. Las últimas tiendas cierran y la calle se torna desierta. El tren apaga su marcha y cierra sus puertas. Tú no has bajado y yo sigo en la espera. Yo no pierdo la fe de que aparezcas, sé que vendrás tal y como lo prometiste hace años cuando te vi partir; cuando me prometiste volver cada día veinte del quinto mes. Así te he esperado y te seguiré esperando, pues con nadie he sido tan feliz y desgraciado, todo a la vez, en una mezcla extraña de sentimientos encontrados.
Fuiste en mí lo dulce y lo salado. Lo prohibido y lo sagrado. Lo que más en esta vida he apreciado. Fuiste tanto y fuimos nada, heme aquí a la espera de una promesa ingrata que no se cumple ni se percata que la esperanza es ciega y mojigata. Bien sabe cuales son sus cartas y el daño que le acecha, pero aquí se queda junto a mí, pasadas las ocho en la misma escena. Esperando que algún día vuelvas y te detengas, a dejarme libre de estas cadenas, a besarme una última vez y soltar mis penas. Aquí te esperaré oh amor mío, hasta que mi luz la apague tu vela.
Begin again
I packed my bags
I left so many things behind
I wanted to start over
and say goodbye.
I rushed things
I hurt the ones who loved me
I hurt myself the most
with unspoken words.
But I needed a chance
to prove myself
I could begin again.
Waves on my rearview
wind on my face
liberty scares you
this is not a escape
I stopped running away
the day I found my place
maybe you were the reason
for me to stay.
The stars showed up
the night when moon turned red
as my cheeks when you talk
and you taught me to trust.
I grew a beard
I wrote so many poems
I sold my bed
so I could sleep again.
I just needed space
a place can call my own
and begin again.
Birds on the clear view
a smile on my face
clarity blinds you
this is not a phase
I quit running away
the day I found you there
standing on the corner
a state of grace
maybe you were the reason
for me to stay
maybe you were the reason
to begin again.